La
comunicación existe incluso en seres vivos microscópicos. Los animales se
comunican en distintos niveles y con diferentes complejidades e intensidades.
Pero tener la capacidad de expresar los pensamientos y los sentimientos frente
a nuestros iguales es exclusivo del ser humano.
La
exposición "Érase una vez... ¡el habla!" nos cuenta cuándo apareció
la capacidad de hablar de nuestros antepasados y cómo debieron evolucionar
determinadas partes de nuestro cuerpo -como el cerebro, la laringe o el oído,
entre otras- para hacerlo posible. Asimismo, enseña cuáles son los aspectos
esenciales que caracterizan al lenguaje humano y cómo este ha evolucionado,
igual que lo hacemos nosotros.
Esta muestra invita a los visitantes a reflexionar sobre algo tan
usual, imprescindible y a la vez tan complejo en nuestra sociedad como es el
habla.
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